miércoles, 6 de agosto de 2008

Carlos Muñoz-Repiso Izaguirre. "No por conducir despacio se va más seguro"


Como miembro del Jurado del galardón “Elegido” del año 1999 que fue a parar al Ford Focus, tuve la ocasión de charlar con Carlos Muñoz-Repiso Izaguirre, Director General de Tráfico por aquellas fechas. En nuestra conversación coincidimos en la necesidad de concienciar a los conductores de la importancia de conducir seguros y mostré mi discrepancia en cuanto a que la velocidad es sinónimo de accidente. Sin embargo llegamos a la conclusión de que el automóvil ha de servirnos (según palabras de Muñoz-Repiso) para transportarnos con seguridad, con lo que el tema de la velocidad quedó en suspense. Carlos Muñoz-Repiso, hablaba ya por aquellos años, del carnet por puntos e insistía en que eran necesarias las campañas que nos hicieran reflexionar.

Joan Clos, Ex-Alcalde de Barcelona. "No soy yo el autor del libro Sr. Bethencourt..."


Con motivo de la 30ª edición del Salón Internacional del Automóvil de Barcelona, el comité organizador nos agasajó la noche previa a la jornada de prensa, con un cóctel y nos presentó un interesante y documentado libro titulado “XXX Salones del Automóvil en Barcelona y 100 años de Competiciones del Motor en España” cuyo autor es Pablo Gimeno Valledor, del cual nos regalaron un ejemplar a cada informador acreditado para el Salón. Yo cubría la información para Motor 2000 y durante el cóctel coincidí en varias ocasiones con un señor de pelo cano que siempre estaba acompañado por otros dos señores que me miraban de manera intimidatoria. Cuando tuve un ejemplar de dicho libro en mis manos quise ver si había en sus primeras páginas alguna foto del autor del libro para buscarlo y pedirle que me lo dedicara y así fue que abrí las primeras páginas y vi que aparecía una foto de aquel señor de pelo cano que me había tropezado varias veces en el coctel y que siempre estaba acompañado por aquellos dos personajes de mirada desafiante. Decidí buscarlo y cuando lo encontré, me presenté y le pedí que por favor me dedicara el libro, a lo que aquel señor me respondió:
- “¿Quiere usted que yo se lo firme?, ¿No cree usted que mejor sería que se lo firmase el autor?...”
- “¿Y usted quién es y por qué aparece en el libro? – le pregunté.
Me dió la mano y me respondió:
- “Yo soy Joan Clos, Alcalde de Barcelona y quien ha escrito una de las presentaciones de este libro...”

martes, 5 de agosto de 2008

D.E.P. el Renault 25 V6 Turbo de D. Santiago Alvarez Hidalgo



Creo que fue en 1985 cuándo vi bajar de un barco en el Muelle de La Luz y Las Palmas el Renault 25 más atractivo de toda la producción. Se trataba de la versión V6 Turbo que se pidió exclusivamente para D. Santiago Álvarez Hidalgo, el Consejero Delegado de Savehsa, la empresa que por aquellos años era la concesionaria de la marca en la provincia de Las Palmas. La verdad es que quise sacar el coche yo del barco, pero alguien me lo impidió alegando que era el coche del “Jefe”. Probablemente fuera Juan Manuel García Vega a quienes todos conocíamos de manera cariñosa como “Juan Toyota”. Lo cierto es que ese coche fue tratado desde ese mismo día “con algodones”. Todo en ese R-25 era diferente al resto: aquel color vino metalizado, la tapicería de piel beige, las llantas efecto turbina el volante forrado en piel de tres radios, el equipo de sonido Philips de gama alta y diferente al resto de los R-25, el frontal con aquellos faros que años más tarde inspirarían a los R-21 Turbo y sobre todo su motor de seis cilindros en V y 180 CV. Ese coche fue el que inspiró a mi buen amigo José Ignacio Brome para convencer a su Padre para que comprara un R-25 GTX, pero eso sí, “del mismo color que el de Don Santiago...”
Luego y como sucede con todos los coches de los jefes, el V6 Turbo estuvo mucho tiempo buscando un propietario que nunca llegaba y así se paseó de escaparate en escaparate hasta que al final pasó a las manos de D. José Álvarez Hidalgo, hermano del Consejero Delegado. Creo que desde ese momento, el coche ya nunca más volvió a ser lo que fue. Sus pasos por el taller fueron muy frecuentes tanto por la mecánica como por la electrónica pero especialmente por la zona de carrocería ya que tuvo muchos... Bueno, digamos simplemente que era un asiduo del taller de carrocería.
Después de algún tiempo estuvo en manos de un tal Heredia, vecino de la calle Venegas y tío de mi amigo de la juventud Oscar Heredia, quien tampoco se libró de llevarlo al taller. Así pude verlo en varias ocasiones en el taller de mi buen amigo Paco en la vuelta de Los Tarahales. Pero hoy, martes 5 de agosto de 2008 he asistido al “entierro” de este gran coche en la trasera del Tanatorio de Las Torres. Por motivos profesionales tuve una reunión con la empresa de reciclaje que allí se ubica y me quedé sorprendido al ver al R-25 de Don Santiago.
Le habían vaciado todos sus líquidos, extraído la batería y algunos otros componentes. Ya no lucía como antaño, pero me acerqué a él, lo toqué y le hablé (como suelo hacer con todos aquellos coches que me gustan) para despedirme. Al momento llegó una carretilla elevadora y se lo llevó para destruirlo. No fui capaz de volver a mirarlo después de haberme despedido. Aún me parece estar oyendo su voz metálica de sintetizador decir aquello de: - “Puerta del conductor mal cerrada” con un cierto acento francés. Descanse en Paz este extraordinario coche, pionero de los que hablaban.

viernes, 1 de agosto de 2008

¿Visa? No, yo tengo American Express



En mi época de estudiante de bachillerato teníamos un grupo que nos reuníamos para hablar de coches de carreras. Unos eran devotos de Medardo Pérez-Juan José Alonso Prieto, otros de Carlos Alonso Lamberti-José Sarmiento Marín y yo era seguidor del dúo Orlando Alonso-Pedro Díaz. Para mi, aquel Golf GTI matricula GC-0100-J era el coche más atractivo y espectacular aunque era conocedor de que mi compañeros apostaban por coches de otro calibre. Nunca imaginé que al cabo de los años, aquel piloto al que seguía y admiraba iba a ser mi anfitrión en mi primer viaje a Egipto. Así pues, en 1996 acudí en representación de Motor 2000 a cubrir la información de la presentación internacional del Hyundai Coupé II en El Cairo (Egipto) junto con Orlando Alonso Fernández que en aquel momento era el máximo responsable del Grupo Rhan en Gran Canaria.
Cuando el avión de Iberia aterrizó en El Cairo, Orlando y yo nos dispusimos a pasar el control de pasaportes cuando un joven con un cartel en las manos con nuestros nombres nos buscaba por aquella sala del aeropuerto a todo grito. Esto nos parecía algo extraño ya que quienes te suelen recoger en un aeropuerto suelen estar despues de cualquier control. Nos habían dicho que no era necesario para los españoles, solicitar visado para entrar en Egipto, pero lo cierto es que el joven en cuestión, nos pidió una “Visa” a lo que Orlando un tanto extrañado, como yo, le dijo que el solo tenía American Express. Pero el joven insistía y nos pedía “Visa, visa”. Yo salí al paso y le dije a Orlando que no se preocupara ya que yo llevaba 2 visas con lo que le daría una a él y la otra me la quedaba yo. Y eso hicimos, una visa para cada uno que mostramos al joven. Éste, se sorprendió al ver nuestras tarjetas de crédito y en un esfuerzo en su conocimiento del inglés nos dijo que se trataba de un “Visado” para lo cual nos pidió 5 dólares a cada uno. Orlando le entregó un billete de 20 dólares y nuestros pasaportes. El joven se perdió entre la multitud con nuestros pasaportes y los 20 dólares. Yo no hacía más que mirar al avión de Iberia que continuaba en la pista y a punto estuve de correr hacia el y hablar con el comandante para que nos devolviera a España. Tras una larga espera, nuestro interlocutor en Egipto, regresó con los pasaportes y los visados, pudiendo Orlando y yo, entrar en el pais y asistir a una de las mejores presentaciones de coches a las que he asistido en estos 18 años con Motor 2000, gracias, como no, a la gentileza de Orlando Alonso.

Mis inicios con la información del mundo del automóvil


En mayo de 1988 cuando fui a trabajar a Fuerteventura con la empresa SAVEHSA, Pepe Cabrera, un cliente vecino y natural de Gran Tarajal, que además era entrenador de futbol y colaborador en los programas deportivos de Radio Fuerteventura, me animó a colaborar en el programa que dirigía Vicente Alemán un locutor de radio nacido en Agaete y afincado en Fuerteventura por aquella época. Mi misión era la de comentar las carreras de coches que se celebraban en la isla de manera “altruista” y sin remuneración alguna por dicho trabajo. Dos años más tarde y a mi regreso a la isla de Fuerteventura, la emisora se llamaba Radiodifusión Fuerteventura y era Pepe Cabrera quien había ocupado el sillón que había dejado libre Vicente Alemán. Cabrera me propuso de nuevo colaborar en el programa pero esta vez con un espacio de una hora todos los jueves y con la misma retribución que dos años antes, es decir, nada. En el control estaba Diego Recio que actualmente trabaja como reportero en Radio Sol de Maspalomas en Gran Canaria y gracias al cual pasé unos ratos entretenidos por su genialidad e improvisación en el control. Lo único positivo de esa etapa fue la entrevista telefónica que le hice a Juan José Alonso Prieto que acababa de lanzar su revista Motor 2000. A partir de esa entrevista me convertí primero en distribuidor de la revista en Fuerteventura y posteriormente en corresponsal de la misma. Supe, entonces, lo que era ganar un dinero bien remunerado por este tipo de colaboraciones. Este año se han cumplido mis primeros 18 años con Motor 2000 y en todo este tiempo he recibido algunas ofertas de otros medios que siempre he rechazado porque en Motor 2000 me siento como en mi casa.

“Y el con qué…”


Gerardo Espinosa, el hombre pegado a una colilla de Mecánicos sin filtro, es uno de esos personajes que por derecho propio pertenecen ya a la plantilla de la historia del automovilismo deportivo de Canarias.
Recuerdo que en aquellas largas noches que pasábamos en las asistencias de los rallyes, me gustaba escuchar las historias y anécdotas que este personaje nos contaba, de manera pausada, a quienes éramos mucho más jóvenes que él, a mediados de los años 80.
Durante algún tiempo, Gerardo ofició de asistente del popular piloto Sergio Marrero. Eran los días en que Marrero corría con un Volvo 360 y en una asistencia Sergio pidió a Gerardo que le comprara algo. No recuerdo si se trataba de algún remedio para su coche o algo de avituallamiento para los integrantes del equipo, pero lo cierto es que cuando Sergio le dio instrucciones a Gerardo, éste contestó: - ¿Y el con qué…? en clara alusión al dinero necesario para dicha compra. Desde entonces y siempre que alguien pretende que invierta mi dinero en su propio beneficio empleo dicha frase: ¿Y el con qué...?

Un intruso en mi coche


Una mañana de 1995 al abrir la puerta de mi coche encontré una persona durmiendo en el asiento del acompañante. Mi reacción se convirtió en confusión ya que pensé que me había equivocado de coche con lo que pedí disculpas a quien seguía durmiendo en “mi coche…”
Pero al cerrar la puerta y alejarme del coche, volví la vista para comprobar la matrícula y confirmé que aquel si que era mi coche. Llamé al 091 y les comenté lo sucedido. Cuando llegó un coche zeta la mujer policía se percató que el extraño era una mujer y se encargó de sacar a la extraña de mi coche. La agente de policía de 1,80 de estatura aproximadamente, le gritó al oído: -“Tu, ¿qué haces durmiendo en ese coche?...” La extraña se despertó pero se negó a bajarse del coche con lo que la agente la agarró por el cuello de la camisa y la sacó del coche de un tirón. Dentro del coche zeta, la extraña me llamaba y me pedía perdón alegando que no tenía donde dormir y que con el frío de la noche había decidido refugiarse en mi coche. Al cabo de casi un año me citaron a declarar como perjudicado en el juzgado por este caso que ya había olvidado y declaré no tener nada que reclamar aún sabiendo que la reparación de la cerradura tuve que asumirla.