martes, 5 de agosto de 2008

D.E.P. el Renault 25 V6 Turbo de D. Santiago Alvarez Hidalgo



Creo que fue en 1985 cuándo vi bajar de un barco en el Muelle de La Luz y Las Palmas el Renault 25 más atractivo de toda la producción. Se trataba de la versión V6 Turbo que se pidió exclusivamente para D. Santiago Álvarez Hidalgo, el Consejero Delegado de Savehsa, la empresa que por aquellos años era la concesionaria de la marca en la provincia de Las Palmas. La verdad es que quise sacar el coche yo del barco, pero alguien me lo impidió alegando que era el coche del “Jefe”. Probablemente fuera Juan Manuel García Vega a quienes todos conocíamos de manera cariñosa como “Juan Toyota”. Lo cierto es que ese coche fue tratado desde ese mismo día “con algodones”. Todo en ese R-25 era diferente al resto: aquel color vino metalizado, la tapicería de piel beige, las llantas efecto turbina el volante forrado en piel de tres radios, el equipo de sonido Philips de gama alta y diferente al resto de los R-25, el frontal con aquellos faros que años más tarde inspirarían a los R-21 Turbo y sobre todo su motor de seis cilindros en V y 180 CV. Ese coche fue el que inspiró a mi buen amigo José Ignacio Brome para convencer a su Padre para que comprara un R-25 GTX, pero eso sí, “del mismo color que el de Don Santiago...”
Luego y como sucede con todos los coches de los jefes, el V6 Turbo estuvo mucho tiempo buscando un propietario que nunca llegaba y así se paseó de escaparate en escaparate hasta que al final pasó a las manos de D. José Álvarez Hidalgo, hermano del Consejero Delegado. Creo que desde ese momento, el coche ya nunca más volvió a ser lo que fue. Sus pasos por el taller fueron muy frecuentes tanto por la mecánica como por la electrónica pero especialmente por la zona de carrocería ya que tuvo muchos... Bueno, digamos simplemente que era un asiduo del taller de carrocería.
Después de algún tiempo estuvo en manos de un tal Heredia, vecino de la calle Venegas y tío de mi amigo de la juventud Oscar Heredia, quien tampoco se libró de llevarlo al taller. Así pude verlo en varias ocasiones en el taller de mi buen amigo Paco en la vuelta de Los Tarahales. Pero hoy, martes 5 de agosto de 2008 he asistido al “entierro” de este gran coche en la trasera del Tanatorio de Las Torres. Por motivos profesionales tuve una reunión con la empresa de reciclaje que allí se ubica y me quedé sorprendido al ver al R-25 de Don Santiago.
Le habían vaciado todos sus líquidos, extraído la batería y algunos otros componentes. Ya no lucía como antaño, pero me acerqué a él, lo toqué y le hablé (como suelo hacer con todos aquellos coches que me gustan) para despedirme. Al momento llegó una carretilla elevadora y se lo llevó para destruirlo. No fui capaz de volver a mirarlo después de haberme despedido. Aún me parece estar oyendo su voz metálica de sintetizador decir aquello de: - “Puerta del conductor mal cerrada” con un cierto acento francés. Descanse en Paz este extraordinario coche, pionero de los que hablaban.

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