viernes, 1 de agosto de 2008

¿Visa? No, yo tengo American Express



En mi época de estudiante de bachillerato teníamos un grupo que nos reuníamos para hablar de coches de carreras. Unos eran devotos de Medardo Pérez-Juan José Alonso Prieto, otros de Carlos Alonso Lamberti-José Sarmiento Marín y yo era seguidor del dúo Orlando Alonso-Pedro Díaz. Para mi, aquel Golf GTI matricula GC-0100-J era el coche más atractivo y espectacular aunque era conocedor de que mi compañeros apostaban por coches de otro calibre. Nunca imaginé que al cabo de los años, aquel piloto al que seguía y admiraba iba a ser mi anfitrión en mi primer viaje a Egipto. Así pues, en 1996 acudí en representación de Motor 2000 a cubrir la información de la presentación internacional del Hyundai Coupé II en El Cairo (Egipto) junto con Orlando Alonso Fernández que en aquel momento era el máximo responsable del Grupo Rhan en Gran Canaria.
Cuando el avión de Iberia aterrizó en El Cairo, Orlando y yo nos dispusimos a pasar el control de pasaportes cuando un joven con un cartel en las manos con nuestros nombres nos buscaba por aquella sala del aeropuerto a todo grito. Esto nos parecía algo extraño ya que quienes te suelen recoger en un aeropuerto suelen estar despues de cualquier control. Nos habían dicho que no era necesario para los españoles, solicitar visado para entrar en Egipto, pero lo cierto es que el joven en cuestión, nos pidió una “Visa” a lo que Orlando un tanto extrañado, como yo, le dijo que el solo tenía American Express. Pero el joven insistía y nos pedía “Visa, visa”. Yo salí al paso y le dije a Orlando que no se preocupara ya que yo llevaba 2 visas con lo que le daría una a él y la otra me la quedaba yo. Y eso hicimos, una visa para cada uno que mostramos al joven. Éste, se sorprendió al ver nuestras tarjetas de crédito y en un esfuerzo en su conocimiento del inglés nos dijo que se trataba de un “Visado” para lo cual nos pidió 5 dólares a cada uno. Orlando le entregó un billete de 20 dólares y nuestros pasaportes. El joven se perdió entre la multitud con nuestros pasaportes y los 20 dólares. Yo no hacía más que mirar al avión de Iberia que continuaba en la pista y a punto estuve de correr hacia el y hablar con el comandante para que nos devolviera a España. Tras una larga espera, nuestro interlocutor en Egipto, regresó con los pasaportes y los visados, pudiendo Orlando y yo, entrar en el pais y asistir a una de las mejores presentaciones de coches a las que he asistido en estos 18 años con Motor 2000, gracias, como no, a la gentileza de Orlando Alonso.

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