viernes, 1 de agosto de 2008

Un intruso en mi coche


Una mañana de 1995 al abrir la puerta de mi coche encontré una persona durmiendo en el asiento del acompañante. Mi reacción se convirtió en confusión ya que pensé que me había equivocado de coche con lo que pedí disculpas a quien seguía durmiendo en “mi coche…”
Pero al cerrar la puerta y alejarme del coche, volví la vista para comprobar la matrícula y confirmé que aquel si que era mi coche. Llamé al 091 y les comenté lo sucedido. Cuando llegó un coche zeta la mujer policía se percató que el extraño era una mujer y se encargó de sacar a la extraña de mi coche. La agente de policía de 1,80 de estatura aproximadamente, le gritó al oído: -“Tu, ¿qué haces durmiendo en ese coche?...” La extraña se despertó pero se negó a bajarse del coche con lo que la agente la agarró por el cuello de la camisa y la sacó del coche de un tirón. Dentro del coche zeta, la extraña me llamaba y me pedía perdón alegando que no tenía donde dormir y que con el frío de la noche había decidido refugiarse en mi coche. Al cabo de casi un año me citaron a declarar como perjudicado en el juzgado por este caso que ya había olvidado y declaré no tener nada que reclamar aún sabiendo que la reparación de la cerradura tuve que asumirla.

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