lunes, 25 de marzo de 2024

 

DeLorean DMC 12 , “Regreso al Futuro”


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01-09-2010  |  Iván Bethencourt Betancor






La historia del automóvil está plagada de éxitos y fracasos y la del estadounidense John DeLorean, es un ejemplo de ello.

John DeLorean fue seducido, desde muy temprana edad por el automóvil y ello fue debido, en parte, a que su padre, un inmigrante rumano, trabajó para Ford Motor Company, lo que unido a haber nacido en la capital del automovilismo mundial de aquella época (Detroit), influyó de manera notable en sus aficiones y en su vida laboral.

La vida en casa de los DeLorean no era nada fácil ya que cuentan que su padre, aunque amable y educado, protagonizaba escándalos debido a su afición por el alcohol, lo que le produjo problemas de estabilidad en los trabajos y propició que su madre, emigrante austriaca, tuviera que emplearse en una compañía subsidiaria de General Electric, para poder mantener a la familia mientras su marido se veía imposibilitado. Esto permitió no pasar hambre a la familia y disfrutar de algunos lujos como las clases particulares de música para sus hijos, algo que sin duda fue aprovechado por su hijo John, el protagonista de este relato que hoy traigo a este blog, y que le supuso obtener algunas becas para sus estudios. Años más tarde entró en la Cass Technical High School, (Escuela Superior Técnica de Detroit) donde estudió y se especializó en componentes eléctricos, materia ésta en la que sobresalió y fue un referente para otros estudiantes. A continuación y siempre avalado por sus becas, pasó al Instituto de Tecnología de Lawrence (actual Universidad Tecnológica de Lawrence), un afamado colegio de Detroit que, con los años, se convirtió en la cuna de algunos de los mejores e ilustres ingenieros industriales de la ciudad. En 1948, se licenció en Ingeniería Mecánica y fue condecorado como uno de los miembros de Honor de dicha institución.

Mediada la década de los 40 y mientras acababa sus estudios, tuvo que suspender sus clases durante un año y medio, para ayudar a su familia cuando sus padres se separaron, trabajando para ello en una compañía eléctrica, e incluso como vendedor de seguros.

Al acabar la carrera, su tío materno Earl Pribak, capataz en la ingeniería de Chrysler, le recomendó que asistiera al Instituto de Chrysler, una escuela de postgrado que le permitiría promover sus estudios de ingeniería al mismo tiempo que conocer el proceso de industrialización del automóvil. En 1952 DeLorean se graduó en dicho instituto, con Maestría en Ingeniería de Automoción, lo que le permitió firmar su primer contrato con la industria del automóvil como ingeniero de Chrysler. 





Pero las dificultades del hogar volcaron a John DeLorean en sus estudios y durante las noches, trabajando ya en Chrysler, asistía a clases en la Universidad de Michigan, Ross School of Business, con la intención de ganar créditos hacia su MBA, lo cual logró en 1957.

Tras algunos años en Chrysler, DeLorean fue fichado por el coloso General Motors como directivo del equipo de ingenieros y es aquí donde comenzó su ascendente carrera dentro del automóvil que le permitió llegar a la vicepresidencia de la compañía. En su relación con GM, debe parte de sus éxitos al Pontiac GTO, el que es considerado como el primer “Muscle Car” de la historia del automóvil. Este modelo supuso un éxito de ventas sin precedentes y permitió a su impulsor, John DeLorean, codearse con todo tipo de personalidades del mundo de la política, los negocios y artistas de la época. Una época que estuvo marcada por la primera crisis del petróleo y que cegó por completo a un brillante directivo como lo era DeLorean, quien en 1974 y sin previo aviso, decide jubilarse, para dedicarse en cuerpo y alma a la creación del deportivo de sus sueños: el DeLorean DMC 12. Y es aquí donde se demuestra que no siempre los sueños pueden hacerse realidad, al menos si éstos no tienen la solidez y consistencia que se precisa para un proyecto de esta magnitud, sobre todo teniendo en cuenta la época en la que se tomó tal decisión, porque no necesariamente un buen vicepresidente es un buen fabricante, ya que para ello hay que tener un respaldo económico que nunca tuvo John DeLorean.





Así y todo, DeLorean, se lanza a la aventura y no escatima esfuerzos para ello. Contrata al afamado Giorgetto Giugiaro y le encarga el diseño de su exclusivo deportivo, mientras que para el motor se optó por el conocido V6 europeo de 2,8 litros conocido como PVR. Una mecánica que como su nombre indica fue concebida por Peugeot, Volvo y Renault. La previsión de potencia para el DMC 12 era de 200 CV, pero tan solo alcanzó, con ese motor, los 170 CV, los cuales se convirtieron en 130 al comercializarse en EE.UU., debido a la obligatoriedad de usar el catalizador, algo que por aquellos años, en Europa no era obligatorio. Para la transmisión se podía elegir entre una automática de 3 velocidades o una manual de 5 procedente del Renault R30. 





Al mismo tiempo se buscan localizaciones para la planta donde se construirán los DeLorean. Tras infinidad de propuestas y ofrecimientos de dudosa procedencia se optó por construir la fábrica en la localidad de Dunmurry en Irlanda del Norte, muy cerca de Belfast. La construcción de la fábrica se inició a finales de 1978 y las previsiones que apuntaban a la elaboración de las primeras unidades un año más tarde, se vieron rotas por cuestiones de ingeniería y un presupuesto insostenible para la economía de DeLorean, lo que retrasó la producción hasta 1981. En aquellos años el desempleo era elevado entre los habitantes de la zona y muchos, al conocer la noticia de la construcción de una fábrica de automóviles, hicieron cola para ser contratados. Al tratarse de una región en la que los conflictos religiosos han marcado parte de su reciente historia, se habilitaron dos puertas de acceso a la fábrica; una para católicos y otra para protestantes. Si inicialmente el personal de la fábrica no estaba formado para el trabajo en la construcción de automóviles, con el tiempo, formaron un equipo muy competitivo en el sector.

Un año más tarde, las deudas, la subida de los impuestos del Gobierno Británico y el cese de las subvenciones pactadas, provocaron la banca rota, en la que se vieron inmersos y obligados a cesar la producción del único modelo de la marca. En 1982 salió de la cadena de montaje la unidad 8.500, de los cuales se estima que aún queden cerca de 6.000 unidades en todo el mundo. 






John DeLorean, hizo las maletas y regresó a EEUU, la tierra de donde nunca debió salir y donde probablemente hubiera habido oportunidades para su DMC 12, de no ser porque fue detenido en Los Ángeles y acusado de intentar vender un maletín con cocaína por valor de 24 millones de dólares. Dos años más tarde fue declarado inocente al demostrarse que quienes le detuvieron le incitaron a cometer el delito.

El DeLorean DMC 12 se hizo famoso gracias a la trilogía de películas “Back to the Future” (Regreso al Futuro) en las que el joven Marty McFly, papel interpretado por Michael J. Fox, viajaba del presente al pasado y viceversa, en un DeLorean que era conducido por el científico Doc (Cristopher Lloyd) y que llamó la atención del público por sus puertas de apertura en forma de alas de gaviota, al margen de volar y trasladarse “al Futuro”.

En la actualidad, el empresario estadounidense Stephen Wynne, tras crear una empresa dedicada a las reparaciones de los DMC 12, se ha hecho con todos los recambios existentes de la marca y ha prometido una reedición de este modelo, convenientemente actualizada en equipamiento y tecnología de vanguardia. 

El 19 de marzo de 2005, a los 80 años de edad, John DeLorean, falleció en el hospital Overlook de Summit en Nueva Jersey, a causa de una apoplejía.


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