viernes, 25 de agosto de 2023

Lotus Europa, “el deportivo de Europa”



04-02-2013  |  Iván Bethencourt Betancor






La industria automovilística británica jugó un papel fundamental en la economía del país en la primera mitad del siglo XX, hasta el punto de que el número de constructores instalados en Gran Bretaña superaba a los de Europa. Y en parte, tanta prosperidad era debido a la necesidad de motorizar una Europa destruida por la II Guerra Mundial. Muchas fueron las marcas y modelos que en aquellos años triunfaron comercialmente y contribuyeron a la exportación de sus productos a nivel mundial. El diseño de los automóviles británicos jugó, también, un papel fundamental en este éxito ya que hasta finales de la década de los 30 la inspiración y el talento de los estilistas y diseñadores estaba exento de influencias externas. 


Sin embargo, a comienzos de los años cuarenta, esta tendencia independiente a la hora de diseñar se ve notablemente influenciada por las realizaciones norteamericanas y es aquí donde marcas como Morris y Austin añaden a sus nuevos modelos de la época elementos inspirados en las tendencias norteamericanas como las terminaciones en cola. Este nuevo gusto por lo americano provoca que Ford y Vauxhall produzcan versiones reducidas de modelos del nuevo continente, mientras que la no menos famosa Rootes (casa matriz de marcas como Commer, Talbot, Humber, Hillman y Sunbeam, entre otras) decide contratar a diseñadores estadounidenses para desarrollar nuevos modelos.






La producción británica de automóviles es, por tanto, extensa y variada, pero hoy quiero centrarme en un modelo de la segunda mitad del siglo XX, un modelo que descubrí a comienzos de la década de los 70, uno de los coches que más me han llamado la atención. Se trata de un singular deportivo que se caracterizaba por su diseño de baja altura, y por su elevada parte trasera a modo de pick-up donde se alojaba la mecánica. Hablo del Lotus Europa, el coche que fue conocido en otros continentes como “el deportivo de Europa” . 


En 1966, año de su debut, este modelo vino a suceder al Lotus Seven que por aquellos años había quedado un tanto obsoleto frente a los modelos de la época. Al mismo tiempo, el Europa se posicionó como la opción más asequible frente al prestigioso y popular modelo Elan de la marca. El diseño de su carrocería estaba un tanto condicionado para albergar su motor de manera central y elevado en relación a los asientos, pero como todo vehículo capaz de diferenciarse del resto, obtuvo tantos elogios como críticas. Entre los elogios destacaba el motor de 4 cilindros de 1,4 litros y 78 CV, el mismo que equipaba el Renault 16, pero modificado y adaptado a las exigencias del constructor británico. Y en el lado de las críticas, éstas se cebaron con la escasa visibilidad trasera debido al diseño sobre-elevado del habitáculo del motor; el calor que la mecánica transmitía hacia los ocupantes y la estrechez que reinaba en su minúsculo habitáculo. 


Hoy cualquiera de los utilitarios que se comercializan disponen de espacio suficiente para los ocupantes, pero en el siglo pasado, ni la seguridad ni el espacio eran tenidos tan en cuenta como lo son en la actualidad. A la inicial versión le siguieron la S2 de 1968, que mejoraba aspectos de confort en el interior. En 1971 se incorporó un motor con doble árbol de levas, mientras que la versión más radical fue la denominada Special del año 1972, cuyo motor entregaba 126 CV y se distinguía por emplear los colores del equipo Lotus de Fórmula 1 en negro y dorado con el logotipo de la marca de tabacos John Player Special (JPS)







El diseño del Lotus Europa se debe al sudafricano Ron Hickman, hijo de británicos, que tras acabar la escuela secundaria entró a trabajar como oficinista en los juzgados de su ciudad natal. En 1950, a la edad de 18 años se traslada con su familia a Londres y comienza a trabajar con un editor musical, un trabajo que no era del agrado de Hickman quien quedó fascinado por el ambiente automovilístico que se vivía en la capital inglesa. Surge entonces la posibilidad de entrar a trabajar en la Ford Motor Company, donde pasó por varios departamentos hasta llegar al de estilo, donde confirma su verdadera pasión por el automóvil y en especial por el diseño. Su paso por Ford se limita a colaborar en el desarrollo de algunos de los modelos de la época pero no logra imponer su firma en ninguno de ellos hasta que en 1960 es contratado como diseñador de la Lotus Engineering, donde logra su sueño de estampar su firma a un modelo de producción en serie. Nace así el Lotus Europa de manos de un sudafricano, con lo que la internacionalización del modelo estaba predestinada. Ron Hickman acabó su vida laboral diseñando bancos para carpinteros para Black & Decker. El próximo 17 de febrero se cumplen dos años de su fallecimiento causado por una grave caída que le mantuvo hospitalizado durante cerca de cinco meses.



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