domingo, 3 de diciembre de 2023

Vignale, elitista carrocero turinés


Publicado en el Blog "Capota de Lona" de la Web Motor 2000

27-02-2012  |  Iván Bethencourt Betancor





Daihatsu fue una de las primeras marcas japonesas que exportó modelos de su producción a occidente en la década de los 60 y el Compagno se convirtió en el modelo estrella de la exportación nipona. Fue el primer vehículo de cuatro ruedas de la compañía. Se trataba de un coche pequeño, de dos puertas, simple pero bien proporcionado para una Europa que demandaba vehículos compactos. El éxito del Campagno estuvo condicionado por dos factores determinantes: El precio y el diseño de claras influencias europeas. Daihatsu, con sed de ventas en otros mercados queriéndose diferenciar de sus competidores locales, encargó el proyecto al afamado carrocero italiano Vignale.


Alfredo Vignale, creador de la compañía que llevaba su nombre, se inició en la industria del automóvil a los 17 años como aprendiz del carrocero Farina donde aprendió el arte de las carrocerías especiales y el gusto por la exclusividad, hasta que en 1948 decide independizarse y crear su propio taller en su ciudad natal de Turín, cuna del diseño italiano de automóviles.


De sus primeras creaciones destacan las superficies lisas exentas de pasos de ruedas abultados con formas redondeados tal cual marcaba la tradición de la época, lo que influyó notablemente en el resto de constructores que veían en las realizaciones de Vignale una oportunidad para el cambio estilístico que demandaba la Europa de la postguerra que necesitaba urgentemente motorizarse.





Sus primeros trabajos como carrocero independiente se basaban en versiones coupé y spider para la marca Cisitalia, hasta que al inicio de la década de los 50 es requerido por el piloto argentino Froilán González para que le construyera una carrocería coupé a su barqueta Ferrari 166 MM, lo cual constituyó un gran éxito, hasta el punto de que muchos adinerados propietarios de Ferrari encargaron a Vignale reformas y carrocerías exclusivas con el único fin de diferenciarse al tener un modelo único y diferente ya que estos encargos tenían el carácter y compromiso de exclusividad.


Esta situación contribuyó de manera notable al crecimiento de la compañía hasta que iniciada la década de los 60 si vio en la obligación de dejar sus instalaciones la calle Cigliaro en la capital turinesa y trasladar la producción a Grugliasco, su lugar de nacimiento en 1913, al suroeste de Turín.


Sus nuevas instalaciones estaban muy próximas a la factoría Mirafiori de la todo poderosa Fiat, lo que le facilitó llegar a un acuerdo para producir series muy cortas de berlinas, spiders y cabriolets teniendo como base los chasis de los Fiat 500 y 600. Esto supuso una nueva oportunidad para que Vignale desarrollara la versión descapotable del Lancia Flavia y los Maserati México, Indy y Quattoporte de la época.






Pero no solo se limitó a trabajar para constructores italianos, su reputación y prestigio motivó a otros constructores como Cadillac, Mercedes Benz, Matra, Triumph o la propia Daihatsu a la que hicimos referencia al comienzo de este texto, a contratar sus servicios, hasta que decidió fabricar su propio modelo denominado Gamine. 


El Gamine era un pequeño y estilizado descapotable basado en el chasis de un Fiat 500 y el argumento de ventas era el de disponer de un pequeño descapotable dirigido a los clientes de un alto poder adquisitivo que en sus cocheras disponían de Ferraris o Mercedes, pero que precisaban otro coche para callejear o simplemente para ir a la playa sin la necesidad de tener que recurrir a los anteriormente mencionados.


A finales de los 60 este tipo de clientes no encontraban atractivo en el Glamine, ni tenían la necesidad de encargar una carrocería exclusiva toda vez que la industria automovilística de la época ya producía coches, que sin ser exclusivos o únicos, sí saciaban la necesidad de un coche diferente. Esta situación llevó a Alfredo Vignale a vender su compañía en noviembre de 1969 al fabricante De Tomaso quien utilizó dichas instalaciones para fabricar el deportivo Pantera. Tras la venta de su empresa, Alfredo compró un Maserati para su uso personal y a los tres días de vender dicha empresa, el 16 de noviembre de 1969, con tan solo 56 años, sufrió con su recién estrenado deportivo, un accidente que le costó la vida.


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De Soto, el conquistador y explorador español que inspiró a Walter Percy Chrysler 


Publicado en ek Blog "Capota de Lona" de la Web Motor 2000

20-06-2012  |  Iván Bethencourt Betancor







La ambición de Walter Percy Chrysler por acaparar nichos de mercado con bajo poder adquisitivo motivó la creación de la marca De Soto el 4 de agosto de 1928. 

Para su marca de low cost, Chrysler se inspiró en las hazañas del conquistador y explorador español Hernando de Soto, descubridor de la Costa de Nicaragua, Gobernador de Cuba y participante en la conquista de Florida. Ambos personajes tienen en común la ambición de conquista y descubrimiento a lo largo de sus vidas. Uno en el siglo XVI conquistando para España tierras del nuevo mundo y otro en el siglo XX conquistando mercados y clientelas vírgenes hasta esa fecha.


Chrysler nació en el 2 de abril de 1875 en Kansas y desde pequeño vivió la pasión por las máquinas y los motores, ya que su padre era un afamado ingeniero de la compañía de trenes Union Pacific. Walter inició su actividad laboral como conserje de una de las tiendas que dicha compañía poseía en todas sus estaciones. Pero su inquietud y curiosidad por la mecánica le llevaron a optar a un puesto de aprendiz de mecánico en los talleres de la empresa ferroviaria. 


En 1908, ya con 33 años y trabajando para otra compañía de trenes, la Locomotive Company, asistió por vez primera al Salón de Detroit, donde compró su primer coche. Es en ese momento cuando se establece el punto de partida de Chrysler como nombre ligado, indiscutiblemente, al mundo del automóvil, y surge en él una imperiosa necesidad por conocer la mecánica de los automóviles y el proceso de fabricación. 




Sus conocimientos sobre el automóvil llegaron convertirle en una reputada personalidad del sector hasta el punto de que en 1912 es contratado por la Buick Motor Company como jefe de producción en su planta de Flint en Michigan. De ese primer trabajo queda el recuerdo y el logro de aumentar la capacidad de producción de 45 a 600 coches diarios en dicha planta. Esta fue una de tantas proezas que le valieron para que en 1916 fuera nombrado Presidente de Buick. La carrera imparable de Walter Percy Chrysler en el mundo del automóvil había comenzado.


Tres años más tarde de su nombramiento es considerado uno de los hombres más ricos de Estados Unidos y vuelven a ofrecerle la Presidencia de Willys-Overland Motor, la compañía que ganó el concurso del ejército norteamericano que creó el legendario Jeep Willys.




Todos estos éxitos consecutivos impulsan a Chrysler a independizarse y crear su propia marca el 6 de junio de 1925, hace ahora justamente 87 años. Inicialmente, Chrysler compró acciones de Maxwell Motor Company, hasta que logró ser el accionista mayoritario y con el cambio de sociedad logra posicionarse como el tercer fabricante norteamericano.


Esta situación permitió a Chrysler comprar la empresa de los Hermanos Dodge, dando a la compañía dos marcas de precio medio (Dodge y De Soto) y tres de prestigio como Chrysler, Plymouth e Imperial. De todas estas marcas he querido centrarme en De Soto por la relación de esta marca con nuestro país y no solo por la referencia inicial a Hernando de Soto, sino porque gracias a la expansión internacional de Chrysler, se llegó a un acuerdo con Eduardo Barreiros para producir la versión española de los camiones americanos De Soto bajo marca Barreiros.


Walter Percy Chrysler anunció su retiro en 1935 pero se mantuvo como Presidente del Consejo de Administración de la compañía hasta el día de su muerte a los 65 años de edad, el 18 de agosto de 1940 tras una vida dedicada al automóvil.


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