Una noche nos solicitaron ayuda en la descarga de unos 200 coches en el Muelle de La Luz y Las Palmas. No era nuestro cometido pero con 22 años y lo bien que nos lo pagaban, muchos de los vendedores nos apuntábamos a pasar una noche sacando coches del barco y subiéndolos a los viejos camiones de Transportes Guanche para su traslado al taller de Tafira (no se por qué lo localizábamos en Tafira cuando en realidad estaban en El Secadero justo después de la fábrica de cervezas La Tropical en la curva que hasta hace poco tiempo muchos conocíamos como la curva de la Renault)
De todos los conductores que tenía Guanche, recuerdo a Godoy; un conductor con un gran bigote, pelo rizado y camisa siempre abierta a lo legionario y por fuera del pantalón. La noche a la que me refiero en este relato, Godoy tenía prisa por terminar la jornada y conducía aquel Magirus-Deutz a una velocidad un tanto elevada a mi juicio. Al llegar a la curva de La Tropical y justo en el minúsculo carril de aceleración de la estación de Texaco, se le soltó un R-4 TL que iba al final de la parte baja de la jardinera. El coche entró marcha atrás en la gasolinera y detuvo su marcha cerca de uno de los surtidores. El expendedor que estaba de guardia esa noche en dicha estación, al verlo llegar con las luces apagadas y entrando marcha atrás dedujo que se trataba de alguien que se había quedado sin gasolina justo en la curva, pero la sorpresa se la llevó al comprobar que el coche no tenía ocupante alguno. El buen hombre, pronto dedujo que aquel coche había caído de uno de los camiones que llevaban los coches a la Renault y no solo lo guardó a buen recaudo sino que además estuvo pendiente de avisar al siguiente camión.Hace 4 años y sin saber nada de Godoy en casi 2 décadas, me volví a encontrar con él. Regentaba la barra de un bar de una asociación de vecinos en un barrio de Santa María de Guía y recordamos todas estas anécdotas.
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