En marzo de 2007, siendo redactor de Motor 2000, acudí a la presentación nacional del Dodge Nitro en Alcalá de Guadaira, Sevilla. Allí tuve la ocasión de hablar con Dennis Myle, el diseñador y creador del Nitro. El diseño de este vehículo indica, inequívocamente, su procedencia: Grandes pasos de ruedas, niquelados a raudales… Le pregunté a Myle, el por qué de tanto cromado en los coches norteamericanos y la austeridad y falta de “glamour” en el interior. Él me respondió que en EE.UU. lo que prima en la compra de un automóvil es su exterior y que al cliente, el interior es lo que menos le preocupa. Yo insistía en que los interiores de los coches norteamericanos son muy parecidos y para ello se utilizan materiales de muy baja calidad. Dennis Myle insistía en su idea del exterior a lo que yo le respondía que tenía mis reservas al respecto. Yo sigo creyendo que los clientes norteamericanos siguen demandando coches más a la europea, no solo en sus dimensiones, si no en su diseño interior y exterior y prueba de ello lo tenemos en algunas marcas europeas, cuya producción tiene un elevado porcentaje de exportación a EE.UU. Hablamos de Volvo, Porsche, Mercedes-Benz o BMW, una situación, ésta, que ha motivado el que algunos de estos fabricantes trasladen la producción de algunos de sus modelos a ese país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario