jueves, 9 de octubre de 2008

Barreiros, de Gundiás a Las Palmas de Gran Canaria


De niño recuerdo haber acompañado a mi Abuelo Rafael al local de los Barreiros para afilar algunos cuchillos y tijeras de la casa, porque según decía, eran los mejores. Recuerdo, también, que solía hablar amigablemente con aquellos hombres que siempre estaban tan atareados en aquello de afilar. Y recientemente, me he enterado por mi Madre, que los Barreiros fueron vecinos suyos en la calle León y Castillo entre la Plaza de La Feria y la calle Aguadulce y de ahí que mi Abuelo los conociera. Una anécdota más de la vecindad y de la infancia, hasta que compré la biografía de Eduardo Barreiros, titulada “Barreiros el Motor de España”, escrita por Hugh Thomas y editada por Planeta. En la lectura de esta biografía descubro que Manuel Barreiros, tío de Eduardo Barreiros, recomendó a su hermano Eduardo y padre del protagonista de la biografía, que se trasladase hasta esta ciudad ya que las posibilidades económicas y empresariales eran mejores en aquel momento, en comparación a la situación que se vivía en su Guindás natal (Orense). Al cabo de un tiempo Eduardo trajo a su familia a vivir aquí, con lo que queda claro que Eduardo Barreiros vivió cerca de dos años en Las Palmas de Gran Canaria. Tras la lectura de esta apasionante biografía he llegado a la conclusión que fue aquí dónde nació el amor y la pasión por el automóvil en Eduardo Barreiros, y si quieren saber el por qué, les recomiendo la lectura de esta biografía.

Con mi libro bajo el brazo, me fui hasta el barrio de Vegueta junto a lo que antaño fue el cauce del Guiniguada para tratar de hablar con los señores Barreiros y comprobar si eran ellos los familiares o descendientes de Manuel Barreiros. Sorpresa, los Barreiros han dejado aquel local que durante décadas se convirtió en la catedral de los afiladores de esta ciudad. En el local de al lado, una joyería, me dijeron que se habían mudado al barrio de Las Alcaravaneras y ese mismo día traté de localizarlos. Encontré un local cerrado en una antigua casa que por su aspecto parecía haberme transportado a la época de Manuel Barreiros que a la que me tocaba vivir. Un cartel indicaba que solo abrían por las tardes y un teléfono móvil en dicho cartel me permitió quedar con Luís Barreiros en la tarde del día siguiente. Luís es de mi generación, nació a principios de los años sesenta y se muestra sorprendido con el libro. Me pide ojearlo y en las fotos llega a conocer a algunos de los hermanos de Eduardo Barreiros ya que éste parece ser mantuvo algún contacto con su padre que al fin y al cabo era primo hermano del industrial Eduardo Barreiros. Viendo las fotos nos dice que muchos de ellos se parecen a su abuelo. Luís toma nota del libro para hacerse con un ejemplar y me confiesa que ha buscado en Internet muchas cosas relacionadas con su otra familia. Sabe de la existencia de la Fundación Barreiros pero no tiene contacto con ninguno de ellos. Me enseñó el taller y mostró las herramientas que utilizaba su abuelo hace casi 100 años y que el, hoy, sigue utilizando. Me confiesa que mantiene el negocio por nostalgia y admiración a los suyos y que abre solo por las tardes porque él trabaja en el departamento de recambios de Mercedes-Benz en Flick Canarias. La vida de los Barreiros de Galicia y de Las Palmas de Gran Canaria tienen algunas similitudes como la de haber sido empresarios de guaguas ya que el abuelo de Luís tuvo en esta ciudad varias guaguas de las que antaño fueron precursoras de la actual empresa municipal Guaguas Municipales, S.A. Mi querido amigo Luís Cabrera, Director de Planificación e Infraestructuras de dicha empresa y autor del libro “Guaguas, historia de una ciudad”, me confirmó días después este hecho. Luís Barreiros ha quedado en facilitarme alguna foto de la familia y de los locales dónde ésta desarrollaba su actividad, pero ha pasado un mes desde entonces y sinceramente, dudo mucho de que esto suceda. Si así fuera, ilustraré este artículo y quien sabe, tal vez haríamos algo más extenso. Mientras adjunto una foto que he tomado con mi teléfono móvil del actual establecimiento de los Barreiros de Las Palmas de Gran Canaria.

1 comentario:

M. Luz Barreiros dijo...

Estimado Iván, he leído con muchísima ilusión tu artículo "Barreiros, de Gundiás a Las Palmas de Gran Canarias" y te agradezco el interés y las molestias que te tomaste siguiendo el rastro de Manuel Barreiros, hermano de mi abuelo Eduardo.

Le estoy enviando a Hugh Thomas esta información tuya ¡que pena no haberla tenido antes de publicarse el libro! Ya que él llegó a ir Tamaraceite (Gran Canaria), donde mi padre pasó parte de su infancia, para intentar localizar a algún familiar o gente que hubiera tenido relación con ellos, pero no lo logró.

Mil gracias de nuevo porque ha sido para mí una gratísima sorpresa leer tus líneas.

Te envío un abrazo con afecto.

Mariluz Barreiros.